Dogecoin es la criptomoneda más popular y peculiar del planeta.
El valor total de los dogecoin en circulación es de más US$ 53.000 millones, lo que no está mal para una moneda digital que comenzó como una broma.
Dogecoin es la quinta criptomoneda más valiosa del mercado, según CoinMarketCap, luego de haber aumentado más del 6000% este año.
El precio de una dogecoin se duplicó nuevamente el viernes después de que el CEO de Tesla, Elon Musk, tuiteara al respecto por enésima vez. La demanda de dogecoin se disparó tanto esta semana que rompió brevemente el sistema de comercio de criptomonedas de Robinhood.
¿Qué es dogecoin?
Como todas las criptomonedas, dogecoin es una moneda digital que puede comprarse y venderse como una inversión y gastarse como dinero.
Aunque cada cripto es única, dogecoin comparte algunas similitudes con sus compañeras más conocidas (su código está basado en el guión de litecoin, por ejemplo). Pero tiene un par de diferencias clave.
A diferencia de bitcoin, que ha fijado en 21 millones la cantidad de monedas disponibles en el mercado, dogecoin tiene 129.000 millones de monedas en circulación y seguirá poniendo a disposición nuevos bloques de monedas para minar cada año. Esa es parte de la razón por la que un dogecoin se valora actualmente en poco menos de 40 centavos de dólar y un bitcoin vale unos US$ 62.000.
Aunque las criptodivisas están ganando aceptación como moneda para comprar bienes, dogecoin no tiene mucho uso en el mundo real. Tiene algunos nichos de mercado, como el dar propinas a los artistas en línea.
¿Cómo empezó?
Dogecoin fue creada como una broma el 6 de diciembre de 2013 por un par de ingenieros de software.
Billy Markus, un programador de IBM de Portland, Oregon, se propuso diferenciar su criptomoneda del bitcoin, la cual estaba impregnada de misterio gracias a su creador anónimo y a que en aquel momento atraía a un pequeño grupo de mineros. Markus quería que su cripto estuviera abierta a las masas, según Chohan.
Markus buscó ayuda para hacer realidad su extraño sueño y encontró a Jackson Palmer, que trabajaba para Adobe. Palmer compró el dominio dogecoin.com, un guiño al meme «doge» que estaba por todos lados en Internet en ese momento.