El interés por las criptomonedas no es nuevo, pero este 2021 se está desbocando. A lomos del bitcoin, que desde la pandemia ha mostrado un rendimiento inédito, otras criptodivisas han aprovechado este dinámica y se están haciendo su hueco propio en el mercado. Es lo que ha ocurrido con el ether, que ya es el segundo token con más capitalización de mercado y que en los últimos meses presenta unas subidas que hacen palidecer las del bitcoin. Otro tanto ocurre con el dogecoin, criptodivisa con la cara de un perro que surgió como una broma en 2013 y que ahora ‘vale’ casi 80.000 millones de dólares.
Dado que ahora mismo hay más de 7.000 monedas registradas por CoinGecko con una desconcertante variedad de nombres, para la mayoría de inversores tiene sentido empezar por las dos más grandes: el bitcoin y el ether. Cualquiera de ellas habría sido una inversión relativamente buena en lo que va de 2021: el bitcoin se ha duplicado y el ether se ha cuadruplicado frente, por ejemplo, al 11% que ha ganado el S&P 500. Sin embargo, ¿en cuál de los dos tokens es mejor posicionarse ahora mismo? Para tomar una decisión hay que tener varios aspectos claros.
El ether es el token utilizado en la cadena de bloques o red blockchain más utilizada del mundo, Ethereum, que proporciona la tecnología empleada para verificar y registrar las transacciones. La red Ethereum es utilizada por empresas como Microsoft para su oferta de blockchain y ha impulsado el crecimiento explosivo de los tokens no fungibles (NFT por sus sigas en inglés), la última moda del arte digital.
“Ethereum es una plataforma de blockchain que funciona como la tienda de Apple o la tienda de aplicaciones de Android”, explica a Bloomberg Pat LaVecchia, director ejecutivo de Oasis Pro Markets. El analista contrapone esta suerte de plataforma estadounidense de comercio de valores digitales con un bitcoin que constituye “una mercancía como el oro, un depósito de valor”.
A diferencia del bitcoin, donde muchas de sus características principales, como su tope de oferta, están incorporadas en su diseño originario, la plataforma Ethereum está evolucionando. Actualmente está pasando por actualizaciones que deberían mejorar la red, con incluso un cambio que reducirá la oferta. Esto podría impulsar el precio al ofrecer un mayor atractivo y, al mismo tiempo, poner más límites a la cantidad de ether disponibles.
“Los inversores suelen considerar a Ethereum como una inversión de crecimiento, haciendo una apuesta por el desarrollo continuo del ecosistema descentralizado construido sobre esa red blockchain“, sostiene Phil Bonello, director de investigación de Grayscale Investments.
Aunque el dominio del bitcoin ha disminuido este año -el bitcoin representa ahora alrededor del 46% del valor total del mercado de las criptodivisas, frente a aproximadamente el 70% a principios de año, según el rastreador CoinGecko-, sigue siendo la mayor criptomoneda con diferencia y tiene una capitalización de mercado de más de un billón de dólares frente a los 380.000 millones de dólares de Ethereum.
Además, sigue siendo la apuesta clara de grandes empresas como Tesla o MicroStrategy, que han comprado la mayor criptodivisa y no el ether. De hecho, cuando grandes nombres de la inversión como Paul Tudor Jones o Ray Dalio han hablado de criptomonedas, han hablado del bitcoin.
Esta mayor impronta del bitcoin también se refleja en la volatilidad. Los estrategas de Cornerstone Macro han calculado cómo se comportarían el bitcoin y ether en una caída. Con una caída de alrededor del 20% en el Bloomberg Galaxy Crypto Index, hay un mayor riesgo de caída para el ether que para su ‘compañero’ más grande, afirma el estratega Benson Durham.