El fin de la era dorada del bitcoin

La narrativa que siguen las criptomonedas ha logrado cautivar a un gran número de inversionistas. En ella, no existen pérdidas, en internet abundan los foros en los cuales personajes con miles de seguidores, lograron convertir unos cuantos dólares en miles, pero ¿todo esto es verdad?, ¿qué pasó cuando llegó el día en el que la Fed decidió comenzar a subir sus tasas de interés?

A mitad del año 2021, muchos creyeron que estaban presenciando el final del bitcoin: después de haber superado la cifra de los 63,000 dólares, el precio colapsó y en julio de 2021 cayó por debajo de los 30,000 dólares. Para sorpresa de todos, el bitcoin y las demás criptomonedas lograron recuperarse y logaron en noviembre de ese mismo año un nuevo máximo histórico que superó los 67,000 dólares.

 

Con el paso del tiempo, la noticia de que la Fed dejaría de clasificar como transitoria a la inflación levantó rumores de un posible incremento en las tasas de interés, por lo que el precio del bitcoin comenzó a caer de manera acelerada y una vez que la Fed confirmó sus intenciones de subir tasas, el precio de la criptomoneda más popular cayó a los 35,000 dólares.

Con este panorama, los inversionistas individuales comienzan a ver poco viable la inversión en las criptomonedas. El incremento en los riesgos sistémicos ha provocado una situación de pánico en los mercados, pues hace ya algunas décadas, las economías no se enfrentaban a una situación de bajo crecimiento e inflación.

El Salvador

El caso de El Salvador resulta un gran ejemplo de los riesgos y consecuencias de convertir una criptomoneda no regulada por una banca central en una moneda de curso legal. Desde septiembre del 2021, el gobierno de este país ha comprado 1,530 bitcoins. Sin embargo, para El Salvador no está siendo redituable esta inversión, debido a la creciente volatilidad en esta moneda. El FMI emitió recomendaciones para detener los planes de El Salvador y evitar así una catástrofe dentro de su economía.

Uno de los principales problemas del bitcoin y las criptomonedas seguirá siendo su volatilidad: recordemos que, para ser una moneda de curso legal, esta debe de fungir como una reserva de valor. Basta con solo observar su punto más alto, el cual superó los 67,000 dólares y compararlo con su punto actual de 39,000 dólares, esta caída representa más del 40 por ciento de su valor y lo más sorprendente es que fue en un periodo de tiempo relativamente corto (3 meses).

En cuanto a las razones de la caída en el precio del bitcoin, más allá de una narrativa contagiosa entre los inversionistas, se encuentra un cambio en las acciones de la política monetaria por parte de los bancos centrales más importantes del mundo. No solo Estados Unidos cuenta con una tasa de inflación histórica, sino que la mayoría de las economías se encuentran en una situación similar. Por lo tanto, es indudable que durante el 2022 la política monetaria se volverá restricitva.

Una de las herramientas más poderosas de la Fed es la tasa objetivo. Ante la inminente subida de tasas, los inversionistas comienzan a ver menos atractivas las criptomonedas y la especulación que las rodea. Cualquier inversionista en su sano juicio preterira un rendimiento asegurado en los bonos gubernamentales y preferirá olvidarse de la preocupación de perder sus ahorros de la noche a la mañana en alguna de las criptomonedas.

 

La Fed habla al mercado con antelación sobre los movimientos que espera hacer a lo largo del año 2022, en el cual espera realizar por lo menos tres incrementos en su tasa objetivo.

La razón de estos incrementos es el domar una creciente inflación, la cual se encuentra en 7.0 por ciento, nivel que no se había registrado en los últimos 40 años.

Para concluir, nosotros consideramos que este podría ser el principio del fin de la era dorada de las criptomonedas, a menos que la inflación regrese a los niveles de prepandemia y la Fed desista de sus planes de incremento de tasas.

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