El Fondo Monetario Internacional (FM) instó a El Salvador a despojar a bitcoin de su estatus de moneda de curso legal debido a sus grandes riesgos para la estabilidad financiera, el giro más reciente en las prolongadas conversaciones entre el Fondo y el país centroamericano altamente endeudado que busca asegurar un préstamo de mil 300 millones de dólares.
El Fondo dijo recientemente que la adopción de bitcoin como moneda nacional en El Salvador también crea riesgos para la integridad financiera, la protección del consumidor y las responsabilidades fiscales en una pequeña economía con recursos gubernamentales limitados.
Los directores ejecutivos del FMI “urgieron a las autoridades a reducir el alcance de la ley de bitcoin eliminando el estado de moneda de curso legal”, dijo el fondo.
El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en adoptar bitcoin como moneda de curso legal en septiembre, obligando a que todas las empresas acepten la moneda digital como forma de pago.
La medida fue aplaudida por la comunidad global de comerciantes y mineros de criptomonedas, pero los economistas señalaron que el presidente Nayib Bukele no abordó las preocupaciones sobre la posible disrupción que el volátil criptoactivo podría causar en una economía de 26 mil millones de dólares.
Más recientemente, Bukele, de 40 años, dijo que su país emitirá mil millones de dólares en bonos respaldados por bitcoin este año, como parte de un esfuerzo para atraer capital cripto a medida que su gobierno enfrenta costos crecientes del servicio de la deuda y fuertes pagos de bonos soberanos.
En su evaluación de la economía de El Salvador, varios directores del FMI expresaron su preocupación por los riesgos asociados con la emisión de bonos respaldados por bitcoin. También señalaron que la elevada deuda pública se encuentra en un camino insostenible.
Los funcionarios del gobierno salvadoreño no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
El FMI advirtió durante mucho tiempo contra la adopción de criptoactivos altamente especulativos como moneda nacional, principalmente porque los tokens emitidos de forma privada eluden a las autoridades y los bancos centrales encargados de preservar la estabilidad económica y monetaria.
El Salvador, que actualmente está negociando un programa de ayuda financiera con el FMI, no consultó al fondo sobre sus planes para adoptar bitcoin, de acuerdo con personas familiarizadas con las conversaciones.
El año pasado, los funcionarios del FMI dijeron a las firmas calificadoras que un acuerdo con El Salvador estaba cerca, pero las conversaciones se estancaron desde entonces, en parte debido a la sorpresiva decisión de Bukele de impulsar una ley para hacer que bitcoin tenga estatus de curso legal, pero también debido a las medidas políticas que el gobierno de Estados Unidos vio como un esfuerzo de Bukele para cimentar el poder debilitando las instituciones y el estado de derecho.
El FMI dijo que el lanzamiento de una billetera digital como parte de la iniciativa bitcoin representó un esfuerzo positivo para impulsar la inclusión financiera al ofrecer un medio de pago digital gratuito, pero también señaló la necesidad de una “regulación y supervisión estrictas del nuevo ecosistema”.
Los bonos soberanos de El Salvador tuvieron el peor desempeño entre los mercados emergentes el año pasado, cotizando con un gran descuento debido al aumento de los riesgos de incumplimiento. En julio, Moody’s Investors Service redujo aún más la deuda ya especulativa de El Salvador a territorio basura, al citar “un deterioro en la calidad de la formulación de políticas”.