“En la superficie, todo el asunto de bitcóin realmente no ha valido la pena”, dijo Boaz Sobrado, un analista de datos de fintech con sede en Londres, en un reciente artículo publicado por CNBC.
Según la nota, El Salvador “apostó su salvación económica” a la criptomoneda, pero hasta ahora la apuesta “no está dando los frutos” que esperaba el presidente de la república, Nayib Bukele.
Hay que recordar que el valor de los 2,301 bitcóin que supuestamente están en la sarcas criptográficas del Gobierno salvadoreño se ha reducido a la mitad, la adopción de bitcóin en todo el país no está realmente despegando y, lo que es más importante, el país necesita una gran cantidad de efectivo, rápido, para cumplir con sus pagos de deuda de más de $1,000 millones en el próximo año. Esto se produce cuando el precio de bitcoin ha caído más del 70 % desde su pico de noviembre de 2021, y más del 55 % desde el momento en que Bukele anunció su plan.
“En términos de su situación financiera, El Salvador está en un lugar muy difícil. Tienen muchos bonos que se negocian con grandes descuentos”, continuó Sobrado en el reportaje.
Se estima que, en conjunto, todo el experimento (y todos sus costos asociados) de la implementación del bitcóin como moneda de curso legal en el país le han costado al Gobierno alrededor de $425 millones.
“La política económica del país es esencialmente un pensamiento mágico”, dijo Frank Muci, miembro de política de la London School of Economics, que tiene experiencia asesorando a gobiernos en América Latina.
Se espera que la economía salvadoreña crecerá un 2.9 % este año y un 1.9 % en 2023, por debajo del 10.7 % de 2021 y actualmente su relación deuda pública con respecto al Producto Interno Bruto es del 87 %.
Tanto JPMorgan como el Fondo Monetario Internacional advierten que el país se encuentra “en un camino insostenible”, con necesidades brutas de financiamiento que superarán el 15 % del PIB a partir de 2022 y una deuda pública encaminada a alcanzar el 96 % del PIB para 2026 con las políticas actuales.
Sin embargo, JPMorgan ve una “alta probabilidad” de que el vencimiento del eurobono de $800 millones se pague en enero, para “evitar eventos crediticios disruptivos que podrían descarrilar sus perspectivas de una posible reelección”. Aunque Fitch espera que El Salvador cumpla con los pagos del servicio de la deuda a corto plazo, la agencia de crédito advierte que mantener el ritmo de sus préstamos resultará “más oneroso a medida que avanza el año”.
Muci está de acuerdo en que El Salvador podrá juntar el efectivo, pero advierte que, en última instancia, la situación de las finanzas públicas del país es insostenible.
“El avión se va a estrellar eventualmente, si no cambian las cosas”, dijo Muci. “Si no suben impuestos, recortan gastos, empiezan a ser mucho más disciplinados. Ya sabes, convencer a los mercados de que son sostenibles”.